KANDISKY: Grueso y Delgado
Se puede pensar que un cuadro es algo
estático. Eso no es verdad. No hay pintura que no sea móvil, que no tenga movimiento interior, movimiento plástico. Un cuadro es un conjunto de formas, de
líneas y colores que el artista ha colocado de tal forma que hacen que sean un
todo animado.
Veamos un ejemplo con la obra de
Kandisky Grueso y Delgado
En
esta composición de Kandinsky se aprecia como el ojo es invitado a recorrer la
triple trayectoria al final de la cual se sitúan las 3 bolas, amarilla, roja y
azul, que como parece que defienden el espacio
centímetro a centímetro para contener al monstruo cuyos seudópodos se hinchan y
se contraen.
Si
suprimimos esas líneas el movimiento ocular desaparece. El punto blanco
superior carece de sentido. Los tres puntos siguen deteniendo al monstruo, pero
a su derecha queda un vacío que no tiene explicación plástica.
Los
dos cuadriláteros de la parte derecha inferior parece que empujan al punto
hacia arriba en el cuadro original, permitiendo que se originen esas tres
curvas. Cuando se suprimen las curvas esos dos cuadriláteros están ahí
perdidos.
En
este ejemplo vemos como la composición tiene por efecto producir y regular el
movimiento interior del cuadro, en cuya superficie se animan, en nuestros ojos,
las líneas y los colores.