lunes, 23 de junio de 2014

KANDISKY: Grueso y Delgado

         Se puede pensar que un cuadro es algo estático. Eso no es verdad. No hay pintura que no sea móvil, que no tenga movimiento interior, movimiento plástico. Un cuadro es un conjunto de formas, de líneas y colores que el artista ha colocado de tal forma que hacen que sean un todo animado.
         Veamos un ejemplo con la obra de Kandisky Grueso y Delgado


En esta composición de Kandinsky se aprecia como el ojo es invitado a recorrer la triple trayectoria al final de la cual se sitúan las 3 bolas, amarilla, roja y azul, que como parece que defienden  el espacio centímetro a centímetro para contener al monstruo cuyos seudópodos se hinchan y se contraen.


Si suprimimos esas líneas el movimiento ocular desaparece. El punto blanco superior carece de sentido. Los tres puntos siguen deteniendo al monstruo, pero a su derecha queda un vacío que no tiene explicación plástica.
Los dos cuadriláteros de la parte derecha inferior parece que empujan al punto hacia arriba en el cuadro original, permitiendo que se originen esas tres curvas. Cuando se suprimen las curvas esos dos cuadriláteros están ahí perdidos.
En este ejemplo vemos como la composición tiene por efecto producir y regular el movimiento interior del cuadro, en cuya superficie se animan, en nuestros ojos, las líneas y los colores.