COROT –
DELAUNAY
La
proporción
Hay cuadros, que aunque traten de temas similares, en este
caso pinturas de edificios, son muy diferentes y nos producen diferentes
sensaciones. Veamos uno de los factores
que pueden producir esa diferencia de sensaciones: la proporción
Comparando
la Catedral
de Chartres de Corot y la Torre Eiffel de Delaunay, se ve que
el primero carga el acento sobre cierta calma de formas, mientras que el
segundo la pone en cierto dinamismo.
Es
un hecho que la catedral de Chartres es más compacta que la torre Eiffel. Pero
cuando decimos que la obra de Corot respira calma y la de Delaunay respira el
dinamismo de una fuerza viva, nos referimos a otra cosa que a un hecho.
Traducimos el sentimiento que experimentamos al ver, no ya de la Catedral o de
la Torre, sino de los cuadros de Corot y de Delaunay. Ahora bien, este
sentimiento se debe a la manera en que las formas son tratadas en cada uno de
ellos. La elección del formato es ya significativa. Llevado por la necesidad de
estrechar su forma en altura, Delaunay utiliza un rectángulo estrecho, mientras
que Corot prefiere un rectángulo más ancho que acoja mejor la masa del edificio
y del paisaje.
En
la Catedral
de Chartres, la diferente
altura de las torres amenaza con producir una disparidad molesta. Y sin
embargo, es sorprendente que este lienzo cause una impresión de equilibrio. Es
porque las relaciones de dimensión están reguladas con un gran cuidado. La
flecha de la torre de la izquierda (línea roja) está sujeta al suelo por el talud de
tierra que es la misma altura en su
centro. La flecha de la torre de la derecha tiene como réplica el árbol
encaramado en la cúspide de la colina (línea verde), mientras que el árbol de la
derecha, junto a la oblicua del talud, corresponde a la altura de la flecha de
la izquierda.
Si ahora tomamos la altura total de
la torre de la izquierda, se observa que corresponde al intervalo de cielo
entre el extremo izquierdo de la catedral y el borde superior del cuadro, lo
mismo que el intervalo de cielo por encima (línea morada). El intervalo de
tierra entre el extremo izquierdo del
talud y el borde inferior del cuadro corresponde a la altura de la flecha de la
derecha (línea
verde). No acabaríamos de explorar este lienzo que alguno creían
hecho sobre el natural.
Como
se advierte, las dimensiones de las formas están gobernadas por relaciones de
las que el artista saca partido con miras a un efecto determinado. Así es como
Corot se sirve de la desigualdad de las torres con dos fines principales: al
acusarla da valor a cada elemento por contraste y al disponer de puntos de
semejanza sugiere al ojo la sensación de igualdad. La impresión final es de una
serenidad que se debe menos a la presencia de la catedral misma que a la
regularidad de las relaciones.
Si
rompemos esas relaciones la apariencia del cuadro va variando tal como se ve en
las siguientes reproducciones.
Veamos ahora la Torre Eiffel de Delaunay
.
Delaunay
se expresa de un modo completamente distinto. Todo el cuadro está como izado en
una pieza hacia el cielo. Pero podría creerse que es un efecto debido a la
naturaleza del tema. Si para juzgar se compara el lienzo con una fotografía la
diferencia salta a la vista; la fotografía da muy bien la impresión general de
elevación y esbeltez que corresponde a un objeto vertical y delgado. Pero la
torre de Delaunay nos transmite, además de esa impresión general, la sensación
genuina de la fuerza que propulsa su masa de hierro hacia lo alto. Aunque la
torre es una masa inerte, Delaunay la convierte en algo animado.
Esta
expresión de fuerza que se desprende del cuadro, se debe en gran parte a la
proporción. Mientras que Corot arreglaba una desigualdad entre la flecha
izquierda y la derecha multiplicando las referencias de compensación, Delaunay
subraya adrede la desigualdad de su torre:
los montantes de la torre suben de un tirón (línea
roja) hasta la primera articulación
colocada por encima del primer piso.
El resto de la torre se divide en dos partes (líneas amarillas) de la que cada
una es la mitad de la línea roja (las dos líneas amarillas son igual de largas
que la línea roja), procedimiento que favorece la impresión de que todo el
edificio parece levantarse de un golpe.
La proporción establece el modo de existencia
de las formas por relación de las dimensiones, cuya longitud y anchura
constituyen una relación que actúa sobre el espectador produciendo diferentes
sensaciones.