martes, 2 de septiembre de 2025

EL DESNUDO EN GOYA Y EN VELAZQUEZ

 

EL DESNUDO EN GOYA Y EN VELAZQUEZ

        La Venus del Espejo de Velázquez (1648) y La Maja Desnuda de Goya (1800) son los desnudos más famosos del arte español, y presentan analogías y diferencias fruto de los gustos de las épocas en que se pintaron y de las características personales de cada uno de los artistas.

        La Venus del Espejo es la diosa romana del amor y la belleza, y en este cuadro Velásquez la representa acompañada de su hijo Cupido, que sostiene el espejo. Este pretexto mitológico es una excusa para pintar un desnudo en una época en que la inquisición velaba mucho para que no se pintasen desnudos. Pero Velázquez era pintor de la casa real y pintaba una diosa que iba a estar en una colección privada, no a la vista del público. Velázquez le da un tratamiento muy natural y terrenal,

        Unos 150 años después, Goya pinta otra mujer desnuda, en una época en que aún estaba prohibido por la Inquisición, pero Goya también era pintor real y su Maja Desnuda también iba a estar en una colección privada fuera de la vista del público. Y en esto es donde se acaban las similitudes entre las dos pinturas.

        Velázquez nos pinta una mujer desnuda vista de espaldas a la que no se distingue su cara ni su mirar, impidiendo una identificación clara y desviando la atención del espectador hacia el cuerpo.

        Goya no pinta ninguna diosa, pinta a una mujer real, una mujer que mira al espectador de forma clara y provocadora. Una mujer que está invitando a que la miren. El vello púbico no es un detalle, es un gesto de realismo sin precedentes. El vello es algo obsceno para la época en que se pintó, pero hace que el cuadro sea totalmente realista. Goya no nos presenta a ninguna diosa ni a una mujer de la alta sociedad, nos presenta a una mujer normal y corriente que está mostrando su cuerpo tal cual es, sin concesiones a convencionalismos de ningún tipo. Goya quiere romper con el pasado, con las tradiciones anteriores , y para ello no solo pinta el vello púbico sino que lo coloca en el centro de la composición, en el lugar más visible, en el lugar donde primero se dirige la mirada del espectador. Goya está abriendo el camino al Realismo Pictórico.