domingo, 16 de noviembre de 2025

PIERO MANZONI

 PIERO MANZONI y el arte conceptual

        Piero Manzoni (1933-1963) fue un influyente artista conceptual  italiano, que con un enfoque irónico, provocador y radical desafió las convenciones del arte moderno. A pesar de su muerte prematura a los 29 años, su obra dejó un legado significativo en el arte del siglo XX. 

            Manzoni es una figura clave en el desarrollo del arte conceptual. Para él, la idea que hay detrás de la obra es más importante que el objeto físico en sí.

         Gran parte de su trabajo fue una crítica mordaz a la mercantilización y al fetichismo del arte, cuestionando qué es lo que realmente le otorga valor a una obra. Esta crítica la realizó utilizando la provocación y la ironía como herramientas principales para hacer reflexionar al espectador sobre la naturaleza y los límites del arte. Su enfoque general desafiaba la idea de que el arte debe ser producido por la "mano del artista" y cuestionaba qué es lo que realmente confiere valor a una obra de arte: ¿la habilidad técnica, el concepto, o la firma del artista?

        Su obra Mierda de artista es una mordaz crítica del mercado del arte, en el que la simple firma de un artista con renombre produce incrementos irracionales en la cotización de la obra. Consiste en 90 latas cilíndricas de metal que contienen, según la etiqueta firmada por el autor, Mierda de artista. Contenido neto: 30 gramos. Conservada al natural. Producida y envasada en mayo de 1961. Todas están además numeradas y firmadas en la parte superior. Se pusieron a la venta al mismo valor que entonces tenían treinta gramos de oro, y hoy en día su precio alcanza cifras de cuatro y cinco dígitos en euros, en las pocas ocasiones en que alguna de ellas sale a la venta o a subasta, alcanzando la cifra más alta en una subasta de Milán, con 275.000 euros.

        La obra más importante en el apartado del arte conceptual y el arte minimalista es la serie de los "Achromes". El término "achrome" significa literalmente "sin color". 


El objetivo principal de Manzoni con los Achromes era liberar a la obra de arte de cualquier contenido narrativo, emocional, simbólico o expresivo. Buscaba crear un objeto que fuera simplemente "ser", una presencia desolada que no aludiera a nada más que a sí misma. 

Los Achromes redefinieron la pintura y la escultura, situándose en un punto intermedio entre ambas disciplinas. Al centrarse en la materialidad pura y el concepto, la serie se considera una obra fundamental del arte del siglo XX, que allanó el camino para el arte minimalista y conceptual posterior.

        En su obra Achromes hay una total ausencia de color, buscando liberarse así de la tradición pictórica y del expresionismo abstracto, que dependía del color y del tipo de brochazos del artista para transmitir emociones. Él trabajó con una amplia gama de materiales que eran blancos o casi blancos. 

Muchas de las primeras obras de la serie consistían en lienzos sumergidos en una solución de caolín (una arcilla blanca utilizada en la fabricación de porcelana). El material, al secarse, se arrugaba, plegaba y curvaba de forma natural por su propio peso, creando una superficie rugosa e irregular sin la intervención manual del artista.


       La obra es un objeto autónomo, no una representación de algo. El contenido de la obra es el material mismo.

        Al utilizar procesos y materiales que se manipulaban a sí mismos (como el secado del caolín), Manzoni minimizó su intervención directa, desafiando la idea del artista como creador genial y gestual.

Achromes" (Acromos) de Piero Manzoni fueron una respuesta directa e irónica a los monocromos de Yves Klein, ya que representaban dos posturas artísticas fundamentalmente opuestas sobre el color, la materialidad y el papel del artista. 

Las diferencias clave son:

Enfoque en el color: Klein consideraba el color (específicamente su "International Klein Blue" o IKB) como un medio para expresar lo inmaterial, lo infinito y lo espiritual. Manzoni, por el contrario, buscó eliminar el color por completo. Sus "Achromes" (literalmente "sin color") eran lienzos blancos hechos con materiales como caolín, algodón, plumas o panecillos, que buscaban ser objetos puramente materiales, despojados de cualquier simbolismo espiritual o emocional.

Azul de Ives Klein    -     Uno de los Achromes de Manzoni

Papel del artista: Klein controlaba meticulosamente su color y su aplicación para lograr un efecto específico y "sensible". Manzoni adoptó un enfoque más radical y conceptual, eliminando la intervención manual y subjetiva del artista para dejar que los materiales se presentaran por sí mismos. El acto de crear los "Achromes" era casi automático, centrándose en el concepto de la obra de arte como objeto autónomo, más que en la habilidad o la sensibilidad del artista.

Klein pintando el cuerpo de una mujer con su azul

Materialidad versus inmaterialidad: Mientras Klein buscaba trascender la materialidad de la pintura para alcanzar un estado inmaterial (llegando a vender "zonas de sensibilidad pictórica inmaterial"), Manzoni se ancló firmemente en la realidad física del objeto. Quería que sus obras fueran "seres" por derecho propio, más allá de la interpretación simbólica. 

Una de las obras inmateriales de Klein

En resumen, si Klein usaba el azul para explorar el universo espiritual, buscando la trascendencia espiritual y lo inmaterial a través de un color místico, Manzoni respondía con el blanco, con la materialidad cruda y la ironía para criticar la comercialización y la santificación del arte, así como  las aspiraciones metafísicas y reorientar el arte hacia el objeto y el concepto en sí mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario