BRIDGET
RILEY: ARTE CINÉTICO
Hoy
en día se conoce como arte cinético, aquellas obras que causan al espectador
movimiento e inestabilidad, gracias a ilusiones ópticas, que cambian de aspecto
según el punto desde el que son contempladas.
Las
expresiones más conocidas de Arte Cinético son aquellas piezas de arte visual
como pinturas y dibujos que se basan en figuras geométricas y que producen al
espectador una sensación de movimiento e inestabilidad donde realmente no
existe, sólo es producto de la ilusión óptica que generan líneas paralelas y
colores complementarios.
Bridget Riley es una artista británica que a mediados de los
años 60 destacó por sus pinturas de abstracciones geométricas en las que, a
través de efectos ópticos, logró desafiar al espectador al hacerlo transitar
por experiencias visuales complejas en su forma.
En
estas dos obras el efecto visual de movimiento es evidente y está conseguido
por variaciones de curvatura o de dirección de líneas paralelas, lo que hace
que la superficie parezca ondear hacia arriba y abajo a la vez que se expande
hacia los lados.
En
las obras que viene a continuación, la pintora británica halla el equivalente
visual de la energía, creando un espacio móvil que produce el efecto del
“estallido del látigo”. Si bien puede observarse un movimiento vertical que
decrece hacia los bordes, es el movimiento horizontal el que predomina a modo
de oleaje. Esta técnica, llamada “moiré”, explora en estas obras las
posibilidades artísticas del fenómeno óptico.
En otras obras, Riley utiliza composiciones en las que parece que interaccionan dos figuras geométricas que en realidad no existen, pero que se insinúan, o nos hace creer en su existencia, por la alternancia, disposición y forma de manchas blancas y negras.
El uso del color
en la obra de Riley no sucedió hasta principios de los años 70 cuando comenzó a
utilizar formas más estables construidas con líneas rectas u onduladas. El
color se convierte aquí en la sensación de movimiento producida por la manera
en que éste es utilizado como parte de la obra y no como un simple recurso de
embellecimiento. La concentración de diversos colores en una pintura produce
apariciones de otros tonos, con lo que se genera la ilusión de movimiento.
La
obra titulada Punjab es una obra poco frecuente en el repertorio de Bridget
Riley por el hecho de que en la mayoría de sus cuadros los principales
elementos se presentan en sentido vertical y crean un movimiento suave de
izquierda a derecha y viceversa.
Contrastando
con ello, el dinamismo óptico de esta obra se presenta en vertical. Existe una
recesión graduada e implícita; los elementos rojos disminuyen de amplitud
sistemáticamente de abajo arriba. Se alinean a lado y lado con el azul y el
verde para generar un parpadeo vertical amarillo óptico que cobra intensidad
progresivamente mientras la mirada asciende por el cuadro.