MONDRIAN
- NEOPLASTICISMO
Mondrian
(1872-1944) fue un pintor holandés que, practicando una pintura aún figurativa a principios de siglo, y buscando la máxima simplificación de la representación de la realidad, llegó a una
pintura totalmente abstracta.
A partir de 1918, Mondrian limitó su vocabulario
geométrico a la línea recta y al ángulo recto (esto es a la horizontal y a la
vertical) y a los tres colores primarios (azul, amarillo, rojo) con los tres
no-colores: blanco, gris y negro. Sus cuadros tenían sólo rectángulos de
colores puros que producen una sensación de armonía basada en los principios de
las matemáticas y de la música.
El
principio fundamental del neoplasticismo, tal como se definió en su momento fue:
“La obra de arte debe ser completamente
concebida y formada por la mente antes de su ejecución… no debe recibir
impresiones formales de la naturaleza, de los sentidos o del sentimiento…
excluimos el lirismo, el dramatismo, el simbolismo, etc.”
En
sus escritos Mondrian identifica el arte con la vida, la vida es pura actividad interior. Por eso
creía necesario eliminar del arte la presencia del mundo perceptible por los
sentidos, a fin de acercarse cada vez más a la verdad de la conciencia
interior.
Con esta voluntad racional, rigurosa, Mondrian eliminó la línea
curva, residuo de lo que creía confusión del espíritu procedente del barroco.
Las rectas verticales y horizontales debían ser el único medio estilístico
permitido al neoplasticismo. Del mismo modo, se debía evitar todo recuerdo de
la pincelada emocional; solamente se debía utilizar el color plano, compacto,
puro.
Analicemos algunos de sus cuadros neoplasticistas:
En Composición C, se
hace hincapié en una armonía de tonos grises. Tres tonos de gris sutilmente
distintos se contraponen con esmero a unos colores primarios modulados. El rojo
tiene un matiz naranja, el azul se aclara un poco añadiéndole blanco, el
amarillo vira con decisión hacia el verde y el negro hacia el marrón. La
cuadrícula está pintada en dos grises medios diferentes que sirven para unir
los colores y separar los tonos. El efecto global es el de un movimiento de los
planos de color hacia delante y hacia atrás, controlado con precisión, en un
espacio carente de profundidad.
Con el tiempo su obra se va centrando
en una dinámica de color más desnuda: retazos de rojo, amarillo y azul
posicionados en una cuadrícula de líneas negras
resaltadas en un fondo blanco.
En estas composiciones los elementos lineales de color negro han
disminuido frente al blanco para ser menos invasivos. Como resultado el blanco gana en presencia e
intensidad y las zonas de color en
luminosidad. La interpretación de los
fondos blancos de las obras de Mondrian es crítica para llegar a un adecuado
conocimiento de sus pinturas. Cuando las vemos reproducidas, suele parecer que
las líneas negras han sido trazadas, de manera muy directa, sobre un fondo
blanco. En realidad se ha trabajado cada línea blanca para que colinde
exactamente con las líneas negras que la enmarcan y se cree una intensidad
uniforme de blancura en el conjunto. Esta igualdad entre línea y plano es
fundamental para la presencia del cuadro como una entidad relacional plenamente
unificada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario