ROGER VAN DER WEYDEN –
PIEDAD
La composición de un cuadro tiene como
efecto disponer los elementos de tal manera que ninguno de ellos nos sea
indiferente. Esto se logra mediante la tensión entre los mismos, produciendo en
nosotros un juego de impulsos contrarios, que provoca nuestra sensibilidad
plástica, la mantiene y la renueva.
Este estremecimiento interior de la
obra de arte, esa vibración secreta de nuestra sensibilidad plástica, no se
manifiesta más que cuando se dan condiciones especiales. Es preciso que la obra
de arte se presente a la vez con “lugares de apoyo” y con “lugares de ruptura”.
Corresponde a la composición ofrecernos figuras susceptibles de atraernos, no
por medio de los objetos representados, sino por las relaciones que haya
querido el artista que haya entre ellos.
Veamos
como lo plantea Roger van der Weyden en su obra “La Piedad”
Si
se tira una diagonal en el sentido del Cristo, se observa que lo divide en dos
partes desiguales; en el triángulo superior se halla la mitad izquierda del
rostro, el brazo izquierdo y la mitad del pie izquierdo. En el triángulo
inferior, el resto del cuerpo extendido entre dos ejes que corta la vertical de
la cruz. La postura del cuerpo y su color nos indican que estamos frente a un cadáver,
pero más que una idea o una imagen, es la presencia misma de la muerte lo que experimentamos
aquí, es un cuerpo reducido a la inercia de su sola masa física. No vemos un
muerto, sentimos la presencia misma de la muerte.
Pero
más que a las lágrimas de los personajes y a su gesto, es ante todo a la
composición a la que se debe el carácter punzante de esta escena. Sin la
diagonal que formamos mentalmente y sin la relación que establecemos con el
cuerpo roto de Cristo no percibimos más que la imagen de un cadáver postrado,
mientras que gracias a ellas la tensión plástica nos hace experimentar la
ruptura y la postración mismas.
La
tensión plástica provoca en nosotros una mirada activa que nos hace estar
redescubriendo la obra. La tensión plástica no depende solo de la composición, se
puede conseguir con cualquier agente plástico: las líneas, los colores, la luz,
…
Artículo basado en el
libro "El Conocimiento de la Pintura" de René Berger.
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