APRIL GORNIK
April Gornik (1953) es una artista
estadounidense que pinta sobre todo paisajes de tierra, cielo y mar. Son
paisajes que extrae de la realidad.
Sus
paisajes parece que no tienen nada de especial, pero al contemplarlos cobran un
significado inusual. Normalmente son paisajes de una serenidad y una
tranquilidad aparente, que nos parecen de una belleza fugaz, breve, que va a
desaparecer en unos momentos. Pero esa belleza y esa serenidad nos produce una
cierta inquietud, son lugares que cobran una inaudita extrañeza.
La
pintora nos dice que cuando termina un cuadro mira para que la composición del
mismo cree una tensión plástica que casi haga romperlo. Si se extrajera algún
elemento del cuadro este ya no sería igual, la sensación que se percibiría
habría cambiado.
¿Y
esto realmente lo consigue? Veamos alguna de sus obras.
Este
cuadro es tan bello como perturbador. Enseguida se da uno cuenta de que al
paisaje le faltan detalles, de que el reflejo en el agua no se corresponde con
lo que hay fuera, de que no hay personas ni animales por lo que el paisaje es
un poco inquietante, un poco tétrico. No es un cuadro fotográfico de un paisaje
ni nada parecido. La autora transmite una sensación especial de inquietud.
Veamos
si al modificar algunos elementos la sensación cambiaría.
De
una manera un poco burda solo he intentado que el reflejo en el lago fuese más
real. El paisaje se aproxima más al espectador, pierde profundidad y
lejanía. emocionalmente pierde misterio.
En el original la pintora consigue una sensación de lejanía, de misterio, de
irrealidad, es un paisaje que ella ve pero que a la vez imagina, que transforma
en sus recuerdos y en sus vivencias. Es un paisaje totalmente personal.
Si se van eliminando esos colores dorado anaranjados El
cuadro gana en profundidad. El color frío que he puesto en el agua aleja todo.
En el original esa abundancia de reflejos dorados hace el paisaje más cercano, pero
más solitario, como más inhumano. El original es un cuadro muy personal.
Este
cuadro también nos muestra como la autora crea una visión y un significado
personal que se rompe con modificaciones que intenten acercarlo a una realidad
más natural, más como la que estamos acostumbrados a ver. Esa franja azul que
rompe la oscuridad del reflejo es inquietante por irreal, parece pertenecer al
mundo de los sueños, de las alucinaciones.
Este
es un cuadro de Miró que está colocado en dos posiciones opuestas. El cuadro es
el mismo, pero para cualquier espectador son cuadros diferentes.
Realmente lo que hace esta mujer, April Gornik, lo hacen la totalidad de los
artistas. Sus cuadros son personales y si se modifica algo, el cuadro va
cambiando. A veces basta solo con modificar la posición para que el cuadro sea
diferente. Entonces ¿por qué poner como característica de una pintora algo que
ocurre con todos los cuadros de todos los pintores del mundo?
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